miércoles, 5 de febrero de 2014

Restauración ejemplar en calle Carretería 9


De la gran casa barroca de calle Carretería nº 9 nos temíamos lo peor. De lo que fuera hasta hace unos años una de las casas barrocas más singulares de Málaga, con balcones de forja, columnas y patio, se había pasado, tras un largo proceso de abandono y desidia, a tan solo una fachada desvencijada y una primera crujía que amenazaba con desplomar todo el edificio sobre la acera. 


Intervención de emergencia de los bomberos días antes de la pasada Semana Santa.

De hecho, días antes de la pasada Semana Santa se rozó la tragedia. Un sábado por la noche caía sobre la acera parte de la cornisa, por suerte sin causar daños personales. Los bomberos, en una intervención de emergencia, tuvieron que demoler parcialmente la cubierta para evitar una desgracia durante los desfiles procesionales. La casa parecía ya sentenciada.

 Proceso de deterioro del edificio. Fuente: blog Edifeicios.

Pero nada más lejos de la realidad. En un caso insólito en nuestra ciudad, la propiedad decide recurrir a Antonio Díaz, uno de los pocos arquitectos en Málaga capaces de sacarle partido a una casa en ruinas. En tan solo unos meses y con un presupuesto casi ridículo, consigue darle un vuelco a la situación. Levanta un muro para contener la primera crujía, restaura los forjados de madera, desmonta la cubierta y recupera la mayor parte de sus vigas, encarga vigas nuevas para sustituir las deterioradas y se pone manos a la obra con la fachada, donde rescata los canalones cerámicos típicos del s. XVIII, consolida las zonas deterioradas y la enfosca con mortero de cal aérea tradicional (previo estudio del color original). Este enfoscado basé hará de soporte para un tratamiento posterior con color. Por último, remata la cubierta con las tejas originales que pudieron rescatarse durante la intervención de los bomberos.

El arquitecto Antonio Díaz nos comenta las vicisitudes de la obra.

Y todo ello a pesar de la conocida descoordinación de los servicios municipales, junto con los habituales impedimentos de las compañías suministradoras de agua y energía eléctrica. De hecho, ante la imposibilidad de contar con agua y luz para comenzar las obras, es un vecino quien ofrece un grifo y una toma de corriente de su propia casa para poder finalizar los trabajos.

Lo fácil (y habitual en Málaga, por desgracia) hubiera sido demoler lo que quedaba y comprometerse a reconstruir la fachada en un futuro. Sin embargo, gracias a esta actuación, los malagueños hemos recuperado parte de una gran casa que luce ya en calle Carretería.

Es posible que la propiedad opte finalmente por poner en venta la casa, por lo que el promotor que decida adquirirla y finalizarla podrá ofrecer viviendas con un valor añadido insuperable, el de la historia.


 OPINIONES DE NUESTROS EXPERTOS

Pablo Farfán, arquitecto. @pablofarfan : Esta intervención de Antonio Díaz en calle Carretería 9 puede considerarse una obra ejemplar de reconstrucción tradicional y rehabilitación mediante mimesis, es decir: La sustitución de cada pieza, paño, elemento o sistema constructivo por uno idéntico en materiales, dimensiones y cualidades químicas y físicas. Estos métodos respetuosos contrastan con la forma más extendida de "rehabilitación" aberrante que solemos ver en las viviendas de los Centros Históricos, en donde se insiste en introducir materiales incompatibles con la arquitectura tradicional (como son el cemento, las resinas sintéticas o las láminas asfalticas, menos elásticos y no transpirables) y en la implementación indiscriminada de estructuras metálicas donde solo había madera, ladrillo, cal y yeso, lo que implica diferentes comportamientos frente a la humedad y la temperatura que acaban produciendo movimientos diferenciales, grietas y fisuras. Estas intervenciones negligentes son pequeños cánceres que se van extendiendo por el edificio, el cual acaba siendo sustituido por completo o demolido, mientras que aplicando la filosofía de respetar las técnicas tradicionales, que tan bien conoce Antonio, nada impide que un edificio del XVIII perviva en buenas condiciones 200 o 300 años más.

Jesús Palenzuela, arquitecto técnico. @Jesus_Palen : El empleo de los términos "rehabilitación", conservación, y restauración con el centro histórico de Málaga están, cuanto menos, corrompidos. Sin embargo intervenciones como éstas merecen catalogarse como restauración con todas las letras. Es un ejemplo de que la conservación supone un valor añadido en el edificio intervenido, y en el conjunto del centro histórico. Además, se trata de ejecuciones totalmente sostenibles, que reducen la cantidad de desechos y aprovecha al máximo los materiales originales. Podríamos mencionar un sin fin de beneficios, pero prefiero quedarme con el mas importante: La labor modélica de intervención que realiza Antonio Díaz, como ejemplo de camino a seguir en el centro histórico de Málaga.

Naser Rodríguez, historiador. @naserRG : Se habla de arquitectura bioclimática y sostenible pero se demuele todo vestigio sin pararse a reutilizar lo más mínimo, sin admitir en la arquitectura tradicional méritos como su absorción de dióxido de carbono, su aislamiento térmico, sus materiales inocuos, su menor coste y su mayor duración. Por eso se agradece tanto la humilde y sabia actuación de arquitectos como Antonio Díaz, conocedores de materiales, técnicas y estilos tradicionales, con ventajas como su menor coste, su fácil mantenimiento y su adaptación al clima y al entorno histórico, todo ello resultado de la respetuosa observación de esa arquitectura vernácula que forma parte de ese ecosistema que llamamos Mediterráneo.
 
Antonio Santana, historiador. @kikoantonio1978 : Destruir el Patrimonio es como arrancar las páginas del libro de nuestra Historia. Cada vez que desaparece un inmueble histórico de Málaga se borran letras, frases y párrafos que nos contaban el devenir de la ciudad. Ese volumen que hasta hace poco era amplio y tupido cada vez resulta más escuálido y enjuto, y se consume conforme la piqueta comienza a engrasar su maquinaria. Afortunadamente contamos con ejemplos de rehabilitaciones que han frenado este deterioro. Estas notables actuaciones no sólo mantienen la fachada, como plano telón de fondo de un espacio anodino, sino que dotan de vida al edificio mediante una lectura íntima con el mismo en la que se estudia su procedimiento de construcción y sus patologías. De este modo se enriquece el conjunto arquitectónico de la ciudad, recuperando datos que con el paso del tiempo se fueron ocultando; del mismo modo que un sabio paleógrafo podría traducirnos los símbolos más antiguos que fueron impresos en aquel importante libro escrito a lo largo de los siglos. Gracias a todos aquéllos que nos permiten disfrutar y leer de nuestro Patrimonio día a día.

 Detalle del trabajo de carpintería realizado.

 Tareas de restauración de la cubierta de madera.

Cubierta totalmente restaurada.

Queremos agradecerle al arquitecto Antonio Díaz Casado de Amezúa que nos haya facilitado las fotografías y los detalles de esta obra, así como el trabajo realizado en la misma. Ojalá sirva de ejemplo para futuras actuaciones dentro del conjunto histórico de Málaga, declarado BIC por la Junta de Andalucía.

 


domingo, 2 de febrero de 2014

Visita al acueducto de San Telmo



Puente de arroyo Hondo

Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de visitar el acueducto de San Telmo. Acompañados de los amigos del club Unesco Málaga y guiados por Enrique y Javier Aguilar, los dos últimos guardas del acueducto, hemos recorrido el interesantísimo tramo que va desde los Molinos de San Telmo, a las puertas del parque natural Montes de Málaga, hasta el arroyo de Quintana, en Ciudad Jardín.

Acequia del acueducto.

El monumento fue declarado por la Junta de Andalucía Bien de Interés Cultural (BIC) en 2009, sin embargo, poco han hecho las administraciones desde entonces, salvo restaurar uno de sus puentes y paralizar alguna que otra agresión.

 Javier Aguilar nos explica su trabajo como guarda del acueducto, las amenazas a las que se enfrenta el monumento y las potencialidades turísticas que podría tener si se restaurara.

El BIC como figura de protección debería ser suficiente no solo para evitar su deterioro, sino para fomentar su restauración integral y su puesta en valor. Sin embargo, hoy por hoy parace poco más que un título honorífico. Una lástima cuando el acueducto, además de los evidentes valores monumentales, conserva también valores etnológicos, culturales, paisajistas y ecológicos que bien podrían ser el eje vertebrador de una nueva ruta turística por nuestra ciudad. Una ruta que uniría la plaza de la Merced con los Montes de Málaga, a lo largo de 11 km de historia, medio ambiente y cultura. En una ciudad donde se ha gastado tanto dinero en obras sin sentido, donde los atractivos turísticos no sobran y donde los cidadanos carecen de lugares naturales de esparcimiento, la restauración del acueducto sería una tarea sensata, económica y rentable que beneficiaría a todos los malagueños y atraería a muchísimos visitantes.


Queremos aprovechar la ocasión para agradecer la labor desinteresada y altruista que lleva realizando la familia Aguilar durante los últimos 91 años. A ellos les debemos que el acueducto se conserve en tan buen estado, a pesar de todas las agresiones que ha sufrido. Sin su ingrato trabajo, hoy en día el monumento no sería más que una serie de restos dispersos por la ciudad y los montes, en vez de un todo homogéneo y catalogado, que espera dormido a que los malagueños se acerquen a descubrirlo.
Enrique Aguilar, guarda jubilado del acueducto y padre del actual guarda Javier Aguilar.

Más fotos:
 
Molino nº 1 del acueducto de San Telmo.
Alcubillas en ruinas próxima al hospital San Juan de Dios.


 Arco principal del puente sobre el arroyo Quintana.






Acequia con agua de riego sobre uno de los puentes.