miércoles, 26 de noviembre de 2014

Por un gran Parque Natural en la desembocadura del Guadalhorce



Los malagueños tenemos la inmensa suerte de tener un paraje naturall justo en el lugar donde fundaron los fenicios el primer asentamiento de Malaka, en la desembocadura del Guadalhorce, antes de que por las continuas inundaciones trasladaran la incipiente ciudad a las faldas del monte Gibralfaro.

La desembocadura del Guadalhorce, después de décadas de abandono, vertidos de escombros y extracción de áridos, vio cómo la ciudad, que una vez nació en su seno, iba poco a poco cercando y reduciendo sus antiguos y ricos humedales, hasta dejarlos en su mínima expresión. Por último, un encauzamiento excesivo terminó casi por destruir lo poco que había quedado.

Sin embargo, en los últimos años, gracias a la protección del enclave, una nueva sensibilidad hacia sus valores naturales y una adecuada reforestación, vemos con satisfacción como la naturaleza empieza a recuperar el espacio que siempre le perteneció. A la par que van creciendo los árboles y la vegetación de ribera, las aves protegidas vuelven a encontrar un lugar atractivo y protegido para anidar en sus pequeñas lagunas. Hoy en día, pasear por sus senderos, disfrutar del paisaje y la vida animal que se desarrolla en el lugar, con el Mediterráneo como telón de fondo, empieza a ser todo un lujo, que ya quisieran para sí muchas ciudades europeas. Y si a eso le sumamos los valiosos restos fenicios y romanos dispersos por toda la zona, es fácil comprender la importancia y el potencial turístico y ciudadano que tiene para toda la Costa del Sol.

Por desgracia, vemos cómo los políticos que dicen representarnos y las administraciones que dicen gobernarnos no están por la labor de potenciar nuestro magnífico paraje natural. En vez de aplicar la lógica y destinar los terrenos sin urbanizar del entorno a aumentar la zona protegida, (dichos terrenos cumplen hoy en día un papel protector impidiendo que el urbanismo desaforado llegue a las mismas puertas del paraje y motivo por el que se protegieron en el POTAUM) se están dedicando a planificar su fragmentación y absurda urbanización, atendiendo más criterios especulativos y de beneficio inmediato antes que a la defensa del interés general y bienestar de todos los ciudadanos.

Estamos ante la última oportunidad de convertir el minúsculo paraje natural en todo un gran parque que conecte la desembocadura del Guadalhorce con la sierra de Churriana, atravesando el campamento Benítez y pasando por los últimos tramos de costa sin edificar, como son Arraijanal y la Cizaña. Mientras río arriba, gracias a la repoblación de sus márgenes, ya empieza a ser factible conectarlo con el parque Natural del Torcal de Antequera.

Un gran Parque Natural que conectaría la Costa del Sol con el interior de la provincia. Una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los vecinos de Málaga y Torremolinos, quienes podríamos disfrutar de un gran Parque Natural cerca de casa, donde pasear con nuestras familias, contemplar las aves, recorrerlo en bici y disfrutar del paisaje, visitar sus restos arqueológicos, un lugar donde desarrollar actividades de respeto a la naturaleza y donde el turismo sostenible, que tradicionalmente ha huido de nuestra costa, tenga un lugar atractivo para visitar.

Ha llegado el momento, o luchamos por un gran Parque Natural en el entorno de la desembocadura del Guadalhorce o tendremos que conformarnos con el minúsculo enclave actual pero rodeado de hormigón.

martes, 4 de noviembre de 2014

Demolición a plazos consentida por la Gerencia


La estrategia de demolición sistemática de nuestro Centro Histórico sigue su curso. Y es que cuando a un empresario sin escrúpulos se le une un conocidísimo arquitecto malagueño -dicen que con patente de corso en la GERENCIA DE URBANISMO- no hay protección que valga.

Hoy le toca al edificio de calle Mártires nº 10, que cuenta con grado de protección arquitectónica I, lo que tan solo permitiría su rehabilitación, pero claro, los propietarios (FENICIA SPAIN) al parecer pretenden construir un edificio de apartamentos turísticos, la nueva burbuja malagueña, la misma que ya reventó en Barcelona tras saturarla de turismo de escándalo y borrachera. Y como ya sabemos, después de décadas soportando esta práctica, la construcción de un nuevo edificio es incompatible con la conservación de los valores arquitectónicos del antiguo.


SOLUCIÓN: DEMOLERLO A PLAZOS

La conocidísima empresa de demoliciones Francisco Ternero (FT) durante el vaciado interior del edificio el 12 de mayo de 2014. Algo de lo que, al parecer, nadie es responsable. Ni siquiera el arquitecto que dirigió la intervención. Fuente: Málaga REC.

Nota a la Fiscalía: El 6 de junio de 2013 presentamos una carta en el registro de la Gerencia de Urbanismo en la que solicitábamos que anularan el expediente de ruina que acababan de aprobar para este inmueble, así como que tomaran las medidas oportunas para evitar su previsible deterioro, como así exige la ley (ver carta aquí).

El 11 de julio de 2013 recibimos carta del Secretario General en la que se nos relataban los daños detectados hasta la fecha, así como las medidas a tomar por la propiedad, de forma inmediata, para evitar su deterioro. Asimismo, se le recordaba que si en el plazo de un año no se ejecutaban, el edificio sería colocado en situación de venta forzosa.

Y como verá, ni la propiedad, FENICIA SPAIN, tomó las medidas indicadas ni la GERENCIA DE URBANISMO hizo cumplir la ley, según la cual a estas alturas el edificio ya tendría que haber sido consolidado y subastado.

En breve recibirá esta denuncia por escrito así como una serie de imágenes con todo el proceso de deterior del edificio. 
Hasta entonces, reciba un cordial saludo.

Estado de las cubiertas el 23 de agosto de 2014. Fuente: Málaga REC.
Operarios interviniendo en Mártires nº 10, el 24 de octubre de 2014.


sábado, 1 de noviembre de 2014

Aviso a navegantes


La coincidencia esta mañana de cinco grandes veleros en el puerto de Málaga (cuatro de ellos cruceros), nos indica claramente que la navegación del futuro necesita ser más eficiente y sostenible, para lo que no tiene complejos en mirar al pasado y aprender de varios milenios de experiencia, de ensayos y de errores. Adaptarse o morir siempre ha sido el lema de la evolución y ante un panorama de disminución de los recursos energéticos, la navegación a vela, especialmente para trayectos recreativos, vuelve a cobrar todo su sentido.

A una navegación más relajada y auténtica se le suma el menor gasto energético de estos grandes veleros y cómo no, su indudable encanto. Todo un espectáculo visual que, por suerte, cada vez es más frecuente en nuestro puerto.

Por desgracia para Málaga, los regidores/empresarios del urbanismo y los guías espirituales de la mediocre arquitectura local, no suelen dejarse llevar por este tipo de reflexiones, lo que está provocando la demolición sistemática de la ciudad histórica, que desapare ante nuestros ojos, día a día, casa a casa, manzana a manzana. Sus viejos barrios: la Trinidad, El Perchel o la Coracha, entre otros, marcharon hace ya años camino del vertedero, sin que pudiéramos, apenas, estudiarlos y comprenderlos. Siglos de experiencia arquitectónica y urbanística acumulados en sus casas, en sus calles, en el uso inteligente de sus materiales, todo ello perdido para siempre.

Imagen: Málaga REC

Justo ahora que estamos a las puertas de un cambio en el modelo energético, que exigirá una arquitectura más respetuosa y eficiente y un urbanismo más sensato, en este preciso momento, hemos decidido quemar nuestra particular biblioteca de Alejandría.

 En los próximos años, mientras Málaga se convierte en un ejemplo internacional de cómo no hacer las cosas, los grandes veleros seguirán visitando nuestro puerto, como si nunca hubiera pasado nada.

Y es que, a diferencia de nosotros, ellos están de paso en la exciudad del paraiso.